Por:
Gaby Tovar
El
amor…es complicado, no hay que entenderlo sino vivirlo, no hay que decirlo sino
sentirlo, es un rompecabezas que se arma al ritmo de nuestro corazón y que es
capaz de desarmarse con el más mínimo movimiento, capaz de entorpecer nuestra
razón, es felicidad y es dolor, pero aún
así somos capaces de alzar la voz y gritar tres
metros sobre el cielo que tengo ganas
de ti.

Tengo ganas de ti comienza
por mostrarnos a H (Hugo) de regreso a Roma, quien después de dos años de
estar en Nuevo York, decide reencontrarse con la vida que dejó conformada por
viejos amigos, anécdotas y recuerdos de los que aún no puede liberarse.
A su
regreso conocerá a Gin, una joven que busca captar cada instante de su vida en
la fotografía. Entre Gin y H comenzará a surgir una historia de amor llena de
sorpresas y adrenalina que tratará de sobrevivir a los recuerdos del amor entre
H y Babi.
Tengo ganas de ti, es
una película que si bien retoma la premisa principal de la primera parte del
amor entre los protagonistas, también abre por completo nuevos ciclos que se
van ensamblando principalmente por la culpa que siente H de la muerte de su
amigo.

Tengo ganas de ti es
una buena secuela, aunque para los amantes de esta novela les parecerá que no cumple con sus
expectativas en cuanto a la historia de amor se refiere, así que si esperan el
final feliz de los protagonistas de Tres
metros sobre el cielo, vayan preparados para ver otra faceta de este amor y en cuanto
acción se refiere la cinta recurre a algunas escenas de esta índole, pero no
logra consolidarlas al 100%.
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