Saúl Hernández y Marcela Duharte
Fotografía; Saúl Hernández
La noche del pasado jueves 10 de noviembre, se llevo a cabo el estreno de la obra de teatro "La pequeña habitación al final de la escalera" presentada por el Instituto Nacional de Bellas Artes a través de la Coordinación Nacional de Teatro, en colaboración con el Festival Internacional Cervantino, el Centro Cultural Helénico a través del Programa México en Escena del CENART y FONCA, el Consejo de Artes de Canadá y la compañía de creación teatral Teatro del Farfullero. Su estreno tuvo lugar en la emisión del Festival Internacional Cervantino 2011, en Guanajuato.
Basada en los textos de Carole Fréchette y bajo la dirección del mexicano Mauricio García Lozano, se estrenó la puesta en escena "La pequeña habitación al final de la escalera", en el Teatro El Granero "Xavier Rojas", del Centro Cultural del Bosque.
Una historia sobre el subterfugio de la cotidianidad de una mujer recién casada, un misterio apócrifo que se revela como una serie de tensiones y diferencias, bajo la mirada del poder y la dominación servil. La historia gira en torno a una habitación capaz de generar discrepancias alucinantes y que a su vez embelesa los sentidos, que versa sobre las relaciones familiares y que implica tonos saturados de complicidad y falsos deseos.
Esta obra se nos muestra la contingencia del ser a través de la imposibilidad del enfrentamiento con el miedo y la ruptura de la realidad en el ámbito domestico; una mujer que se enfrenta a una distopía, que la crea y la recorre una y otra vez en un falso espacio que redime sus temores y anhelos al mismo tiempo. Temores lejanos y próximos que se distienden entre la complejidad de los personajes que solo se muestran como una posibilidad de imaginar, de revelar, de idealizar aquellos lugares comunes que la sociedad determina como propios y aceptables.
La pequeña habitación puede leerse bajo las diatribas de un simbolismo exagerado o como una elocución utópica que revela misterio y plantea un suspenso crítico, atónito y complaciente. La delicadeza de las actuaciones generan una atmósfera de suntuosidad, y las descripciones antonomásticas crean en la imaginación del espectador un espacio casi tangible y perdurable.
La obra es una construcción teatral a partir de un fragmento sensible de nuestra existencia;la intimidad y sus enigmas. Reflexionando sobre la construcción de verdad que resiste a la percepción de realidad (o fantasía), en una pareja de recién casados. La obra explora el espacio hogareño como metáfora del cuerpo, conjugando diferentes estratos que conviven en la cotidianidad de la urbe, el espacio público y el privado, las aspiraciones personales, los secretos y las incertidumbres.
Las habitaciones aparecen, de esta manera, habitadas por diferentes realidades, atravesadas por el anhelo de ser ignoradas, en diálogo con una voz que resuena en los rincones del inconsciente, como el eco débil pero persistente de una sensibilidad que se resiste a ser descubierta y desenmascarada. Un cuerpo metafórico replegado, que en su afán de ocultar, devela la evidencia de un discurso crítico que orienta la mirada hacia el análisis y la reflexión de nuestras propias certezas.
Jorge Ballina es el encargado de la escenografía. Realizó una plataforma negra rectangular formada por pequeños cuadrados que en sus bordes tienen luces que permiten formar espacios. La iluminación corre a cargo de Víctor Zapatero como el vestuario de Jerildy Bosh.
Invitado por el New London Consort a dirigir The Fairy Queen de Henry Purcell, García Lozano ha montado las obras Noche Árabe de Roland Schimmelpfennig, Crimen contra la humanidad de Geneviève Billette, y Te odio de Ximena Escalante, entre otras piezas. Además, en agosto de este año, estrenó en la LVII edición del Festival de Mérida en España, Antígona, de Sófocles.
En recientes años, el director ha trabajado sus montajes en gran formato, sin embargo, en La pequeña habitación al final de la escalera regresa al teatro de cámara, que permite una relación con mayor intimidad e intensidad entre actores y espectadores. Microuniversos emocionales que atrapan a todos.
Desde su primera obra en 1998, Teatro del Farfullero ha indagado en temáticas sobre la soledad, el desgastamiento de los sentimientos, la injusticia, la violencia, el fracaso del amor y la interminable búsqueda de sentido y sus paliativos quiméricos.
Esta obra estará presentando su temporada 2011, en el Teatro El Granero, Xavier Rojas. Del 10 de noviembre al 11 de diciembre:
Jueves y Viernes 20:00 hrs, Sábados 19:00 hrs, Domingos 18:00 hrs.
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